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Apuntes sobre un maduramiento
(a proposito de la pintura de Adrian Jurado)
por Nathalie Sedou *


Premicias…


Adrian Jurado deseó espontaneamente pintar “grande”…. Estudiando en la academia San Carlos UNAM (Universidad Nacional Autonoma de Mexico), y en La Esmeralda INBA (Instituto Nacional de Bellas artes) y admitiendo una evidente influencia del muralismo, se plantea muy pronto del lado de los que ven la pintura como la expresión de una relación con el mundo, como un medio de protesta. Escoje deliberadamente acercarse a la pintura monumental y muy joven participa a la realización de murales a consecuencia de encargos públicos. Invitado en 1994 por el comité belga de Europalia México a realisar un mural el cual solo se termino parcialmente (debido quizas a la censura oficial) decide investigar sobre la enseñanza artistica Europea y en Bruselas y acude al curso de pintura monumental en la academia de bellas artes.(donde se percata que la calidad de la educacion artistica es solo un mito)

Sus primeras pinturas en una búsqueda aferrada de la materia, muestran cuerpos situados en un espacio poco definido. Se inscriben en un discurso principalmente alegórico y simbólico, haciendo referencia a los males generados por la intolerancia, la guerra, el peso de la historia. Los personajes angulosos y padecidos se tuercen hasta desmembrarse: incluso las curvas se vuelven duras en estos cuerpos heridos. El pintor otorga a los gestos de la mano una importancia mayor: crispadas, descuartizadas, o bien amenazadoras, son signo de autoridad sino gesto de dolor, de rechazo, protección. La encarnación visceral de los cuerpos que nos sorprende a primera vista en la pintura de Adrían se refiere indirectamente a destrucciones y padecimientos reales, esos mismos de la explosión de gaz de San Juanico y del terremoto de 85.

Spectrum…


En 1996 es invitado a Rostock para participar al taller internacional “seinsichten aus welten” donde trabajan juntos artistas de diversos horizontes. Ahi es donde se formaliza la serie “Spectrum” que constituye una etapa preponderante en su trabajo: Spectrum es un conjunto de telas de medio formato, pintadas con acrílico. Destacan en ellas un fuerte sentido de la situación, una nueva representación de las figuras (evicción de la carne) asi como se impone la opción de agregar elementos ajenos por el medio del collage.En el cuadro, cuando el entorno y la composición se han establecido, empieza a descubrir siluetas, y provoca la situación. Adjunta objetos y signos en la ulima fase de la obra y es cuando entonces adquiere sentido al mismo tiempo que la obra se vuelve irónica, casi enigmática....

Por sus virtudes narrativas y su recurso al elipsis, da la sensación al espectador observando sus cuadros que algo esta por pasar o acaba justo de pasar. El espectador ha llegado muy pronto o muy tarde, todos los elementos no le han sido comunicados, entonces el mismo supone, completa, imagina. Este universo pictórico se articula principalmente segun dos ejes:
Por una parte, tiende a mostrar situaciones de dominio, impuestas por la fuerza o contrarrestadas, provocando manifestaciones de violencia, tensión o resistencia, donde el tema pintado se vuelve la expresión de una impugnación y un cuestionamiento de la autoridad (la clase del 94, la ultima cena ). Por otra parte, se trata de una mirada sobra la cotidianidad con cierto desengaño, mostrandola desde un punto de vista sordido, sofocante (la ultima y nos vamos, hasta que la muerte nos separe), incluyendo tópicos mediante el collage para denunciar una logica del consumo (hasta agotar existencias, la ultima moda).

Esto recrea una “geografia” muy particular ya que estas dos visiones se interpenetran, y muestran los efectos de dominación en lo cotidiano, con sus implicaciones económicas, sociales, humanas y sexuales.

El tiempo…


El avanze más prodigioso en su trabajo proviene de su modo de enfrentar la posible « representación » del tiempo. Antes, su entusiasmo en reivindicar la noción de arte público y la necesidad de cubrir una amplia superficie habían mantenido Adrían en un registro fuertemente ligado con el muralismo: aquél del tiempo histórico. El artista colocaba sus protagonistas dentro de estrictos acontecimientos, los sometía a los tormentos de la historia refiriendose a épocas precisas: el periodo prehispánico y la conquista, la dominación estadunidense, la guerra del Golfo...

Ahora bien con Spectrum, desarrolla otro registro del tiempo, este como experiencia de la duración. Recrea la sensación del tiempo que se dilata o se condensa, usa sus manifestaciones mentales (reminiscencias, evocación de los muertos) y se interesa en el desgaste, buscando como traducirlo con signos cuyo referente no escapa al espectador: desagregación de la materia, oxidación, lugares desolados, objetos dejados al abandono, telarañas, ruinas. Con el fin de producir esos efectos juega con la materia misma: en sentidos opuestos por ejemplo se refiere a la antigua estructura del políptico con fondo dorado e intenta recrear una apariencia de barniz resquebrajado.

O recurre – de manera mucho menos conciente – a modismos procedentes del lenguaje cinematográfico como la secuencia y la elipsis, el travelling o el gran angular, el « close-up »... De ahi seguramente su gran sentido de la situación donde los detalles no solo vienen informando sobre el drama que va ocurrir sino que de manera muy llamativa agregan sentido, provocan el espectador, le inspiran curiosidad, malestar, o risa.. Tanto hasta que la muerte nos separe como la ultima y nos vamos inducen un efecto basado sobre la construcción de una secuencia y la pertinencia de los detalles. En cambio hasta agotar existencias (cuyo clímax recuerda el cine hollywoodense) presenta una escena muy abierta, como un gran angular que permite captar la situacion entera. Al mismo tiempo esos tres cuadros como el mural de la Rosée, implican al recorrerlos con la vista un « movimiento lateral» el cual requiere cierto sentido de lectura (partimos de un punto para llegar a otro significativo).
El pintor ha logrado traducir en términos plásticos fijos elementos procedentes del cine, es decir temporales y de movimiento. Mucho más que una atención a la materia pictórica, ese logro resulta de la disposición de los espacios y de la importancia otorgada a la narración. A raíz de graves acontecimientos los protagonistas parecen petrificados por el estupor; el espectador – formado inconcientemente por el cine - siente haber llegado en medio del drama, reconoce las elipsis. Reencuentra en esa pintura elementos específicos al tiempo cinematográfico : síntesis por el montaje, un largo paso del tiempo expresado en un instante, el « flash-back » . De hecho, otro detalle significante es el formato de los cuadros, los cuales se acercan mucho de tamaños cinematográficos por excelencia (el antiguo 1,37 o el formato estadunidense 1,85 para hasta agotar existencias). Cual no fue entonces mi sorpresa al enterarme a posteriori que el pintor pasó su infancia en salas de cine donde su abuelo era proyeccionista. El estraño enlace entre sus cuadros e imagenes filmadas no viene de la nada…


*Historiadora del arte por la Universidad de Lille Francia .
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