Hola Yolanda,Desde el 11 de mayo, aquí en Francia, ya se puede salir a la calle sin tener que presentar ningún documento.¡Qué alegría!, mi impaciencia empezaba a llevarme por caminos surrealistas y senderos peligrosos.Contaba los días, y el placer de reencontrarme en cualquier parte del mundo con el ser querido se convertía en obsesión.Como un “voyeur” miraba por la ventana y vivía la vida de otros.Tocaba sin tocar, contaba el dinero sin gastar.Con esa amargura limonera, y esa rica grasa salmonera,La vida ya no es lo que era.Gracias, a que mis cactus me acompañaron en esa visita virtual del Prado, que Meléndez, aun confinado, pero contento de vernos, no nos dejó de lado, ni dejó de creernos.Esperemos Yolanda, que la impaciencia haya sido mejor que la ciencia.
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